La alcaldia de Judith Pinedo: un año y medio despues


Hoy finaliza la encuesta que lanzamos desde la apertuta de Territorios de Esperanza. El resultado final del conteo de respuestas a la pregunta ¿Como calificas el desempeño de la alcaldesa local de Cartagena, Judith Pinedo? dejó un total de 23 votantes que participaron de la iniciativa, respondiendo de la manera siguiente: Un 17 % calificó la gestión de la mandataria como excelente, un 34 % como bueno, un 30 % como regular y finalmente otro 17 % como ineficiente. Las cifras porcentuales no revelan nada inesperado. A un año y medio de su ascenso al poder, el gobierno de Judith Pinedo se ha movido en un vaiven de altibajos que impiden emitir un juicio certero sobre la calidad de su mando.


Llegó al poder despues de una reñida disputa con los sectores tradicionales de la ciudad que se habian mantenido en el poder durante los ultimos lustros, y que por demas se habian destacado por sonados escandalos de corrupción y de malversación de fondos de todo tipo. Judith Pinedo representó en su momento una alternativa esperanzadora. Una mujer relativamente joven, nacida en el seno de una familia de clase media, lejos de los patriarcados locales, de indudables cualidades intelectuales, cercana a los movimientos y organizaciones sociales de la ciudad, que en su juventud habia coqueteado con el liderazgo estudiantil y que profesaba un discurso democratico, incluyente y reivindicativo. Al alzarse con la victoria dejó ver muestras de una coherencia real entre sus primeros mandatos y su discurso. Conformó un gabinete ampliamente nutrido por mujeres y jovenes, muchos de ellos provenientes de origenes humildes, de ascendencia negra y mulata y que habian gozado de una buena trayectoria en los movimientos sociales de base. Todo se hallaba bellamente enmarcado en un uso alternativo de la memoria historica, donde los negros y mulatos de la ciudad aparecian como los lideres fundacionales de la independencia local y por lo tanto, como los encargados de reasumir las riendas del distrito, para enderezar el camino siempre que fuera posible.


El 1 de Enero del 2008, fue una fecha de jubilo. Por primera vez, una mujer, una lider democrata, "sin pecado concebida", acogia el mando de la ciudad. Enfrentando el embate de la clase tradicional de la ciudad, atrincherada en el Concejo Local del Distrito, hizo prosperar un Plan de Desarrollo (entiendase como la hoja de ruta de la gestión publica del gobierno), por primera vez diseñado y pensado a partir de las propuestas nacidas en el seno de los cartageneros de base. Un ejemplo indudable de participación democratica. Todo marchaba según lo previsto. Pero tan solo un mes despues las cosas comenzaron a cambiar su curso. En la localidad de Pasacaballos, proxima a la ciudad, un año antes se habia confomado un asentamiento tugurial en terrenos privados, pero abandonados a la especulación de la tierra. Eran hombres y mujeres extremadamente humildes que se habian apoderado de los predios ante la ausencia real de cualquier posibilidad de hacerse a un techo digno. La respuesta ante la coyuntura, por parte del gobierno local entrante, otrora destacado por su discurso democratico e incluyente, fue reveladora: valiendose de un uso exagerado de la fuerza, arrazaron la barriada, llevandose a su paso los pocos enseres de familias enteras y desgraciadas por la miseria. Los medios publicaban las imagenes de hombres encolerizados enfrentandose a la fuerza publica, mientras las mujeres huian despavoridas cargando consigo sus pequeños infantes. Pero fue una fotografia, una sola fotografia, fue la que reveló el caracter de la toma: un niño, que escasamente podia tener un poco menos de un año aparecia en los brazos de su padre con los ojos enrojecidos por el contacto con los gases lagrimogenos. Cualquiera que halla experimentado la sensación de hallarse envuelto en una nube de gas lagrimogeno, podrá hacerse a una idea de la agonia sufrida por el pequeño. El gas hizo romper en llanto al infante y al mismo tiempo deshizo en muchos las esperanzas de un establecimiento real de la democracia en la ciudad.


En pocas palabras, la gestión de Judith Pinedo podria definirse como ambigua. Sostiene, y de momentos materializa, su discurso democratico y de inclusión, pero mantiene a su vez, muchas de las viejas formas de exclusión que eternamente han reinado en la ciudad. Coquetea con las organizaciones populares, pero no queda la menor duda de su alianza y de su compromiso con la elite cartagenera, que dificilmente podriamos tildar de "democrata". Agiliza obras modernizadoras para la ciudad, mientras los indices de pobreza no retroceden un solo centimetro. Empodera con su retorica incuyente a los cartageneros de origen humilde, pero no manifiesta un avance real en lucha en contra de la violencia, sin duda alguna una de las peores ausencias de su regimen.


Falta mucho por recorrer todavia hasta el 2011, cuando finalizaria su mandato; año que ademas coincide con el bicentenario de la independencia de la ciudad. Tiene todavia en sus manos la posibilidad de corregir el rumbo de la historia de Cartagena de Indias. Todavia goza de la esperanza y de la confianza de muchos coterraneos. Todavia está a tiempo convertirse en una excepción a la regla y de pasar a la historia como una mandataria realmente comprometida con las necesidades del sufrido pueblo cartagenero; aunque muchos ya nos hayamos comprometido a recordar para siempre aquella imagen del niño bañado en un mar de lagrimas, victima de la ambiguedad de la dirigencia cartagenera.

Comentarios

  1. Parte I.

    Bueno, excelente artículo, y de gran redacción... de hecho me atrevo a hacer una afirmación aunque pueda ser vista como arbitraria... creo que tú tienes más vocación de periodista que de historiador (aunque hay autores que señalan similitudes entre una y otra profesión, pero yo he visto el temor -que tiene cierta justificación- de historiadores bien formados, de "opinar" sobre eventos recientes, parece que les da cosa comprometer su reputación, al opinar sobre eventos en caliente, pues siempre será más fácil acertar en el juicio sobre un evento, cuando este se mire 100 o 50 años después, con mayor sosiego, mirando archivos y documentos, sopesando las acciones y opiniones de los protagonistas, mirando los balances finales, etc... que bajo la luz del criterio juzgar una acción que aprecias "in vivo"... -con todo y eso, me permito decir, que los historiadores, pese a las ventajas que tienen para analizar un evento, incluso en tales circunstancias, no existe seguridad de que lleguen a la verdad, pues allí empiezan las semejanzas entre los dos oficios, ambos buscan la tan anhelada VERDAD, pero resulta que por más que se esfuercen, siempre les termina ganando, su estructuración ideológica, esas construcciones mentales que consciente o inconscientemente al final determinan "nuestra verdad", haciendo que en realidad vivamos es de tergiversaciones mediadas de la verdad (incluso, en aquellos trabajos que se hacen con todos lso parámetros científicos o investigativos, y con las mejores intenciones)... es curioso saber cómo nosotros los humanos, estamos condenados a las versiones de la historia y de las noticias, como incluso un hecho o un proceso, analizado cien años después tendrá diversas interpretaciones y líneas de defensa, cómo los historiadores de pensamiento conservador se plegaran a los argumentos de los periodistas e intelectuales conservadores "de aquella época" y los historiadores de ideología liberal harán algo similar, siendo así la Historia, una prolongación más del debate político, siendo así la memoria, otro escenario de lucha política "en el mejor y en el peor de sus sentidos"... ¡qué curioso!, ¡qué condena!-).
    Por lo anterior, concluyo que los historiadores profesionales, deberían lanzarse con más frecuencia a dar sus opiniones sobre el día a día...
    Sobre el tema de Judith Pinedo, está vez no opino, pues ya en artículos anteriores he dejado consignada mi opinión respecto a la ambiguedad de la actual administración, la descripción o balance que tú realizas coincide mucho con la visión que tengo, sólo que mi conclusión es un poco más pesimista, veo difícil que Maríamulata pueda dar el giro de la historia, pues parece que esa Maríamulata es tironeada de cada ala por fuerzas políticas y sociales de distinto signo, de allí la ambiguedad... es decir, creo que esos dos tonos son los que caracterizan a esta administración, y que quizás, lo que se está mostrando es que es difícil desprenderse del todo de la clase política tradicional, creo que esa es la lección. El tema de seguridad es lamentable, cualquier ojo desinformado pensaría que no se está haciendo nada en absoluto, con lo cual pretendo agregar otra prueba más a una de las tesis que he venido defendiendo aquí... "Los gobiernos de corte social descuidan temas como el de seguridad, y los gobiernos de corte de seguridad descuidan temas como el social". (Aaah en definitiva no he podido leer el artículo del profesor Múnera).

    Atte,

    William J. Castro-Toppin (en la parte II, seguiré con el ejercicio de análisis de "Historiadores vs. Periodistas").

    ResponderEliminar
  2. Antes de pasar a la parte dos, lanzaré una provocación:
    Judith Pinedo es egresada de la facultad de Derecho de la Universidad de Cartagena, facultad en la que yo tuve la oportunidad de estudiar algo más de un año y medio... creo que los abogados y los estudiantes de Derecho, sean buenos, regulares o malos estudiantes, tengan ideas sociales o metas muy individuales... la lecció más vivida que aprenden en las facultades de Derecho, es CÓMO FUNCIONA EL MUNDO Y CÓMO SE SOSTIENEN LAS COSAS (en especial en la política), yo creo que la procedencia de Judith Pinedo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Cartagena, explica significativamente la ambiguedad de su gobierno.

    Atte,

    William J. Castro-Toppin.

    ResponderEliminar
  3. Agradezco tus oportunos comentarios y prometo responderlos (lo referente a historiadores vs periodistas)cuando envies tu segunda entrega.

    De momentos comparto tu posición pesimista frente al mandato de Judith Pinedo. Estoy plenamente convencido de que existen fuerzas "antidemocraticas" a sus espaldas, que se han convertido en el poder detras del poder, y que han nublado cualquier alternativa de consolidación de la democracia en la ciudad. Existe una pequeña esperanza y esa radica en la existencia de sectores sociales organizados que aun rodean su gestión y que tienen la posibilidad de orientarlo de manera mas coherente con el discurso que ella profesa. No obstante, estan en franca desventaja frente a quienes realmente ostentan los hilos del poder.

    ResponderEliminar
  4. Parte II.

    Juzgar y afirmar desde la tranquilidad que da la distancia tiene sus ventajas, pero también sus desventajas... y esas desventajas son las ventajas del acto de opinar "in vivo", y es que en ese sentido, la "opinión" (con criterio, por supuesto) tiene la posibilidad de participar en el juego de determinar el curso de los acontecimientos, en ese sentido la acción del trabajo del historiador me parece a mí, muy lenta... aunque atisbo la importancia, o lo que suele suceder cuando una sociedad cuenta con profesionales de la historia de buena preparación y con honestidad intelectual, y a través de ese grupo se logra investigar, aclarar y construir una historiografía, y a partir de esa historiografía suceden varias cosas: logra influir en la intelectualidad, es decir, es conocida y consultada por personas -que no necesariamente son historiadores-, pero que nutren sus argumentos con la lectura de estos textos, es tenida en cuenta por los políticos y sus asesores al momento de diseñar políticas públicas, gestiones cívicas y culturales y planes de desarrollo, determina los rasgos de las asignaturas de ciencias sociales impartidas en las instituciones educativas de esa sociedad, entre otras... EVIDENTEMENTE CARTAGENA, SU FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SU PROGRAMA DE HISTORIA ESTÁN MUY LEJOS DE LOGRAR ESO (al menos desde mi punto de vista, para no expresarlo de forma absoluta).
    -Hago la aclaración, que me he estado refiriendo aquí de modo más o menos restringido al periodismo de opinión-.
    Por eso unos artículos atrás comentaba, lo de AQUÍ PASA ALGO CON LA GENTE, A TODOS LOS NIVELES... y por eso hablaba de que no todos podiamos ser investigadores al estilo clásico de Colciencias, aquí hace falta también eso que yo llamaba "Preguntadores" / "criticadores" profesionales... gente dedicada a leer y a observar la realidad de la ciudad, desde las ciencias humanas (aclaro, esto que estoy proponiendo es bastante diferente a lo que se hace en cualquiera de los tres programas de la facultad, sin decir con esto, que todo lo que se hace allí es infructuoso)... se requiere de alguien que tenga mínimas nociones sobre Teoría política, Historia, Cultura, Producciones artísticas, debe ser un lector consumado -deberá beber de muchas áreas-, estar al tanto de la realidad local, regional, nacional e internacional, y un observador constante (incluso como señalé debe ser ua persona que participé en foros, seminarios, lugares donde otras personas presenten ponencias: y está persona cumpla su rol de "preguntador", y avive el debate, y muestre posibles debilidades o incoherencias... Yo decía que este "ROL" ayudaría a varias cosas: crear comunidad académica -que desde mi punto de vista aquí no existe-, en tanto, crítico, contribuiría a elevar el nivel de los trabajos, ya que actuaría como especie de "juez" o "evaluador", y esto -tal cómo lo he intentado explicar en la cadena que vengo armando- tendría naturalmente unas repercusiones en torno a la calidad de vida tanto material como cultural de una ciudad como esta).
    Lo anterior, explica en parte mi desencanto con la Facultad y con la universidad -y el pequeño acto simbólico de rebeldía de no graduarme*** (requiere ampliación)-, pues bueno, creo que en la explicación queda claro, que mi verdadera vocación es ser un "preguntador", o al menos acercarme al ejercicio de ese rol...
    pero será que en una sociedad con las características que he venido describiendo, y en donde incluso en las facultades "intelectuales" se padece apatía... y hablemos sólo del hecho de ejercer ese rol, no hablemos del hecho de que una persona pueda subsistir económicamente ejerciendo ese rol (como es lógico -y en ese sentido no culpo a la facultad- un programa de Ling. y literatura, es insuficiente para ser un "preguntador" con todas las de la ley).
    continúa abajo.

    ResponderEliminar
  5. Como comentaba, en pasadas ocasiones, yo he venido infructuosamente tratando de construir grupos de personas interesadas en debatir sobre la realidad, por eso dejo la posibilidad abierta -ya que yo no lo he logrado- a cualquiera que lea este blog, y tenga un proyecto que guarde alguna afinidad con lo que he venido explicando, la posibilidad de incluirme. Ojalá sea un proyecto alejado de la universidad, cualquier otra institución o militancia política... para que deje mayor libertad para opinar... (bueno, de alguna manera yo me he venido acostumbrando a la libertad "creativa" debido a que es una de las pocas ventajas de mi trabajo en Meducar), ojalá sea algo que quienes participen puedan decir, lo hicimos nosotros, no, que recibimos una herencia política, o un feudo académico, de algún profesor nuestro o persona "mayor".

    Cuando me refiero a proyectos, tal vez me refiero desde simples tertuliaderos, hasta un programa radial (o televisivo), pasando por blogs, periódicos virtuales o impresos, grupos de estudio, o cosas por el estilo, o puede que incluya varias de las anteriores cosas, y luego, pueda derivar hacia otras... pese a lo que he venido narrando, yo siempre he guardado la esperanza de que algo como eso se puede hacer en Cartagena.

    Atte,

    William Castro-Toppin.

    *** El texto sobre mi desencanto con la Facultad es mucho más amplio, y nutrido, y también presenta algunos matices y reconocimientos.

    En los próximos días, Orlando, puedes revisar los comentarios atrasados de artículos anteriores de este blog.

    ResponderEliminar
  6. El vuelo de la Maríamulata...

    De los verbos usados en el artículo el que más me llama la atención es "coquetea", pues creo que inconscientemente muestar pesimismo frente a la solidez renovadora de la administración Pinedo... "coquetea". Tal vez a estaadministración lo que le falta precisamente es que no coquetee con esas cosas, sino que le proponga matrimonio...
    Lo de coqueteo, también queda excelente -no sé si conscientemente- con la imagen publicada de Pinedo, pues esa linda flor roja, tan representativa de la ciudad y sus mujeres, es un auténtico: COQUETEO.

    Atte,

    WJCT.

    ResponderEliminar
  7. La creación de esos espacios de discusión es una de las tareas inaplazable de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad de Cartagena. Infortunadamente no existe voluntad alguna por parte de las directivas de la facultad para con este proposito. Y lo que me resulta mucho mas preocupante aún, ni siquiera dentro de los estudiantes se ha podido despertar esa chispa que años atras les caracterizaba. Por decirlo de alguna manera, la apatia del profesorado ( no en su totalidad, por supuesto) se ha desbordado sobre los estudiantes. El caso del Instituto Internacional de Estudios del Caribe es una afortunada excepción a la regla. En estos dias se prepara para la realización de la novena versión del Seminario Internacional de Estudios del Caribe, del cual hablaremos en detalle la proxima entrega. Pero es tan solo una excepción. Falta mucho todavia para darle un giro radical a la Facultad de Ciencias Humanas, iniciativa que inevitablemente debe surgir de sus estudiantes y egresados. El gran obstaculo para este proposito, y el problema de fondo, radica en la deficiente formación que reciben los estudiantes y que hemos recibido los egresados.En la actualidad pareciera haberse emprendido una campaña por despolitizar la formación de los estudiantes y por enculcarles una filosofia de distanciamento frente a la realidad de tiempo presente. Historiadores que se niegan a entender el pasado desde el presente, filosofos reacios a "aterrizar" el discurso, y linguistas y literatos que nos miran mas allá de las letras plasmadas en el papel... ese es el panorama de nuestra amada y sufrida facultad. Acepto la invitación de abrir nuevos espacios de debate e invito a que muchos otros nos sumemos a esa empresa.

    ResponderEliminar
  8. Un favor...
    Si es posible ser más amplio, en la descripción de los sectores "tradicionales" que conforman la administración Pinedo... pues debe recordarse que una de los caballitos de batalla de esta administración en sus discursos, es decir, que la clase política tradicional, aulla y revira contra ellos, pues no los dejan tomar lo que antes tomaban... entonces cuando solicito al articulista ser más claro, me refiero a que indique nombres, áreas del gobierno en que están, si podríamos estar ante la conformación de una "nueva" clase política "tradicional"... y si pueden anexar el mencionado artículo del profesor Alfonso Múnera.
    Les agradecería la información.

    ResponderEliminar
  9. Orlando, una ciudad de condiciones tan precarias en infraestructura y desempleo, puede sentir un alivio con una propuesta como la que describes. Pero nunca podra cambiar el rumbo de la historia. Desde la academia se puede ver así, pero desde la izquierda lo vemos distinto. No se gana en las urnas lo que no se ha ganado en las calles, a ella la campaña no se le financió desde abajo, no se hizo con un programa democrático (en su contenido y en su descripción) por eso responde a sus financiadores y por eso los sectores democráticos que participan de la Alcaldía podrán desarrollar pequeños proyectos que no son estructurales de esa administración (que darán esperanzas varias) pero no cambiarán la historia.

    Antonio Romero

    ResponderEliminar
  10. En varias cosas estamos de acuerdo. Está claro las razones por las cuales la alcaldesa responden a los intereses de la clase privada, es porque su candidatura no fue independiente (tal como quizo sostenerse en su momento), sino que desde un primer momento estuvo sujeta a las determinaciones de aquellos sectores "tradicionales", con nombre propio, que como sostuve anteriormente son el poder detras del poder.

    Un giro radical y hago enfasis en el calificativo de "radical", si puede marcar una pauta en la historia de la ciudad. Pero sobra decir que de mantenerse en vigor la gestión actual de la alcaldia,tal y como ha sido pensada y ejercida, los procesos de exclusión y marginación continuarán su tradicional curso. Aunque francamente no estoy muy ESPERANZADO de atestiguar ese giro.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares