Adiós

A algunas despedidas se las lleva el viento.  Otras tienen emisario pero no receptor. Esta es una de ellas. Si es la primera vez que usted entra a este blog, probablemente le sorprenda encontrar unas palabras de despedida en vez de unas de bienvenida. Pero todo tiene una explicación. Seré breve (como deberían ser todas las despedidas. Aquellas que se dilatan solo agravan el dolor de la partida):

Este blog inició hace más de una década. E inició sin mayores propósitos. Con el tiempo asumí que el fin último era "desnaturalizar la exclusión", un juego de palabras rimbombantes que prometían más de lo que un blog podía cumplir. Sobre sus páginas derramé indignación, miedos y esperanzas. Estas últimas se alimentaban de la insensatez propia de un joven que añoraba una revolución que probablemente no llegaría en el curso de su vida natural. Fue, de todos modos, un espacio formativo. Con las entregas se convirtió, además, en un espacio de deliberación en el cual se involucraron personas de mi generación que padecían el mismo grado de insensatez y que también carecían de un vehículo para expresarse. Aquella comunidad le dio vida durante sus primeros años. Y con su lenta partida, el blog comenzó a languidecer. De ahí en adelante, solo sirvió para expresar mi apreciación muy personal, y no pocas veces errada, sobre eventos de mi ciudad, el país y el mundo. 

Con los años surgieron otras obligaciones que también limitaron mi disponibilidad. La efervescencia de los primeros años, que me permitía escribir 30 entregar anuales, terminó reducida a intervenciones esporádicas que no me dieron para escribir más que unas 3 entregas en el último año. Una década después, las audiencias son diferentes y tienen otras expectativas. Los blogs, como espacios deliberativos, son cada vez más escasos. Así las cosas, no quedaba más remedio que decir adiós. 

"Territorios de Esperanza" seguirá en línea mientras los caprichos de la web lo dispongan. Algunos artículos, aquellos que no han perdido vigencia a pesar del paso del tiempo, serán publicados en otro portal más "profesional" pero menos intimo. Lo podrá encontrar como www.orlandodeavila.com/blog

Por ahora, solo resta decir "adiós". Confío en que el tiempo nos brinde más herramientas para seguir "desnaturalizando la exclusión".  

Orlando Deavila Pertuz
3 de enero de 2022

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