"Sin risas, ni burlas": los inicios de una transición hacia un mundo nuevo


Hoy nace “Otras voces” un espacio paralelo a Territorios de Esperanza, creado para abrir un espacio a otras voces, miradas y perspectivas sobre los debates que nos convocan. En el costado superior derecho del blog se encuentra el enlace que nos conduce a la pagina (http://www.ovoces.blogspot.com/). El artículo que inaugura este espacio se titula “Marketing y post-colonialismo Algunos aspectos sobre las canciones “oficiales” del mundial”, de la autoría de William J. Castro Toppín.

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Ingresé a la sala de cine un par de minutos después del inicio de la película. No creí que existieran mayores inconvenientes para encontrar un lugar privilegiado en la sala. Una producción colombo-peruana basada en el amor imposible entre dos personas del mismo sexo, y titulada sobriamente “Contracorriente”. Siendo entonces una cinta radicalmente distinta al cine comercial que se consume por montones en la ciudad, supuse que la sala estaría relativamente vacía. Me sorprendí al entrar y percatarme de que más de la mitad de las sillas ya estaban ocupadas. Me hice a un lugar privilegiado, quizás el último en la sala, y me dispuse a ponerme a tono con la historia. No había avanzado del todo, y cualquiera de que no hubiese tenido una referencia previa sobre el argumento de la película, jamás hubiese sospechado hacia donde iba. Y de repente, sin que hubiesen transcurrido los primeros diez minutos de la cinta, los protagonistas de la historia, Miguel y Santiago rompen el hielo con un apasionante beso. La naturalidad con la que asumí la escena, se deshizo con las risas y burlas que se apoderaron de la sala. Risas de un lado, burlas por el otro, miradas sorprendidas… ni la oscuridad del recinto disfrazó el choque emocional que generó la primera escena homosexual de la película. Sin embargo, en la medida en que el tiempo marchaba y la historia dramática de ese amor imposible iba tomando forma, el público se dejó envolver por el argumento, y casi que completamente en silencio, sin risas, ni burlas, siguieron la historia hasta su desenlace.

Que un auditorio de cartageneros lograra permanecer durante 100 minutos (salvo una joven familia que desertó de manera sospechosa en el minuto posterior a la primera escena homosexual) algo nos dice. Sin caer en el extremo de pensar que los cartageneros nos estamos convirtiendo en un ejemplo de tolerancia frente a las disidencias sexuales, es válido suponer que la sociedad local lenta, y quizás muy lentamente, ya comienza a ser sensible frente a la condición “del otro”. Cualquier cálculo aferrado al presente puede ser hacernos sospechar lo contrario. Pero cuando lo vemos en el plano de la larga duración, la situación puede tornarse esperanzadora. Hace 30 años exactamente, la homosexualidad dejó ser considerada un delito. Siete años antes, en 1973, había sido despatologizada. Aunque lo segundo debió haber conducido a lo primero, tomó siete años la transición. Después de 1980, los homosexuales efectivamente dejaron de ser tomados por delincuentes. No obstante, la justicia plasmada en el papel, no representó una actitud más tolerante y conciliadora por parte de la sociedad local. En palabras de la joven historiadora cartagenera Muriel Jiménez, los dispositivos de poder, dispuestos para mantener bajo control al sujeto homosexual, se reinventaron así mismos. Aunque después de 1980 no fueran considerados como criminales, con la aparición del SIDA en 1981, en Cartagena se les adjudicó el rol de propagadores de la plaga del final de los tiempos.

30 años después Cartagena es algo distinta. Organizaciones sociales, colectivos estudiantiles, sectores de la academia, respaldan la lucha por el reconocimiento de los derechos de las comunidades LGBTI. En el 2009, en un abarrotado Teatro Adolfo Mejía, 600 personas se citaron para el primer seminario sobre la diversidad sexual. A finales del mismo año, y en el marco de las fiestas de la independencia, 7000 personas se integraron en una sola marcha defendiendo la misma causa. El evento despertó las más airadas protestas en los sectores más reaccionarios de la dirigencia de la ciudad. Pero tal actitud finalmente motivó a que el tema del de los LGBTI se convirtiera durante días enteros en el tema central del debate político local. A inicios del 2010, el Observatorio de derechos humanos de la diversidad sexual e identidades de género abrió sus puertas en la ciudad, como un mecanismo para afrontar concreta y directamente la discriminación de género en Cartagena. Sin embargo, resta un largo camino por recorrer. Aún existe en las entrañas mismas de la sociedad local, esquemas culturales que rechazan y excluyen a cualquiera que se atreva a retar a las convenciones. La homofobia internalizada, sustentada en una sociedad que asume sin vacilaciones el dogma de la heteronormatividad, ve en el disidente sexual un peligro para el orden establecido. Son esquemas culturales que no se borran fácilmente. Quizás estemos de frente al inicio de un largo periodo de transición. Pero indudablemente hemos iniciado la marcha. Quizás, después de algunos años, y así como en la sala de cine, las risas y las burlas, sean murmullos perdidos en el salón de la vida.

Comentarios

  1. Orlando: Muy bueno el tema y la forma en que lo tratas, este tipo de análisis nos permiten ver cada vez más cerca la posibilidad de que el grueso de la comunidad se entere de que las personas de sectores LGBTIQ... existimos y nos relacionamos cotidianamente con lxs demás. Solo una pequeña recomendación, por favor: ojo con la ortografía y la redacción. quizá sería bueno que hicieras revisar el texto -en estos aspectos- por algún amigo antes de publicarlo. Ánimo y sigue adelante.

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  2. Gracias por tu comentario y tus atentas sugerencias. Siempre serán un estimulo más para seguir alimentando la eterna formación del escritor.

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  3. Completamente de acuerdo, creo que el hecho mismo de que en los ultimos años, el tema haya estado a la orden del dia por razones juridicas, de discriminacion y mas; ha jugado a favor de que la sociedad en general, conoza mas del tema, los debates academicos y todas las manifestaciones de diversa indole que se han hecho, han abierto el camino hacia la diversidad sexual. Es mas comun hoy, encontrarse parejas homosexuales en la calle, abrazadas, de la mano, besandose, y sin negar que todavia se le pone mucho moralismo al tema, ya se empieza a ver de manera un tanto menos morbosa.

    LOGUEPA

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  4. perdòn la sigla LGBTIQ SIGNIFICA:lesvianas,gays,bisexuales,transexuales,intersex y...?
    Y otra cosa,no creen que categorizar de manera tan vehemente o extender las categorìas dentro de la comunidad de disidentes sexuales,alimenta los argumentos discriminatorios?

    Gracias.

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  5. Bueno, sería doble motivo de celebración... celebrar una muy buena película, y celebrar que el público cartagenero la vio con madurez.
    A partir de estas dos celebraciones tengo estos dos comentarios...
    1) - Películas que acompañan causas...
    Se debe ser muy cuidadoso, a veces han organizado ciclos de "cine rosa" como suelen llamarles... y se coloca cualquier película que trate el tema, pues lo que interesa es el tema y no la elaboración y tratamiento artístico del mismo... lo que quiero decir es que yo que soy fundamentalmente cinéfilo, me he asomado a veces a estos ciclos, y uno encuentra películas de muy baja factura, escogidas sólo porque tocan el tema o la causa. Entonces, lo que planteo aquí es una sugerencia, no mirar sólo el "Qué" sino también el "Cómo".
    Para el caso de "Contracorriente" debo decir que la película me dejo una muy buena impresión, la ví en el marco del festicine, y evidente el público que a mí me toco (sala llena) fue muy distinto al de Orlando -creo que ya todos sabemos como es el público de este festival: un público predominantemente de fuera, con cierto nivel económico y buena formación educativa-. Me pareció una película profundamente conmovedora, yo en realidad la aprecié como una historia de amor -más allá de si era entre hombres-, y me gustaron las actuaciones, y la estética alrededor de los escenarios de pescadores.
    Tuve la suerte de que al final de la película se anunció un conversatorio con el diretor, el productor y la directora de arte y fotografía...
    Se quedaron unas 30 personas -un público completamente "cosmopolita": una mexicana, un argentino, un rolo, un man de la india al que hubo que traducir desde el inglés- con decirles que yo era "la cuota local"... se hicieron preguntas... con lo cual se pudo apreciar que la película había gustado, aunque se le hicieron algunos reproches... hubo personas a las que les recordó mucho "Secreto en la montaña", a otros les pareció algo gastada la fórmula narrativa tipo "Ghost" (un fantasma que vuelve a reclamar), yo la relacioné estéticamente con "Respiro" una película italiana, el director negó haberse inspirado en "Brockeback mountain" y aceptó las claves estéticas de "Respiro". A mi particularmente la fórmula de Ghost me pareció acertada, y dado el juego de la película se veía novedosa por la metáfora de "salir del closet", sentí que la escena de la agarrada de mano "pública" estuvo muy bien lograda ("el cuando nadie nos ve").
    Me pareció una película cuidada, ampliamente recomendable, que aborda bien el tema, es más para mi tiene el mérito de ser la primera película con ese tema que me conmueve de modo especial, al punto de la lágrima -y yo en general soy una persona muy fría-, tiene incluso algo que me gusta mucho que son las referencias o las marcas cinematográficas: además de las mencionadas... me pareció ver algo de "De aquí a la eternidad" con el beso, la ola, el agua y la arena que envuelve...
    la lista de buenas películas sobre este tema podría ser larga, pero haciendo memoria me atrevo a recomendarles: C.R.A.Z.Y.

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  6. 2)- Respecto al "Qué", que es el verdadero asunto del cual trata el texto de Orlando... es significativo, no sé qué tanto, que la gente la haya visto "sin risas ni burlas", yo recuerdo a ver ido a "Secreto en la montaña" y en toda la película fue una constante silbadera, abucheos, y el inmondable: ¡Aaayyyy Maaarica!, y debo decir que el público se cebó con la película, y fue un constante regodeó en los gritos, casi que de autojustificación e interconexión -ha sido una de las experiencias cinematográficas más interactivas que he visto, alguien gritaba desde el fondo, en una sala no muy llena, y otro repicaba desde abajo- (eso fue en Castellana, en el año 2005 o 2006). Para el análisis de lo que estamos discutiendo habría sido conveniente que Orlando nos dijera en qué sala fue (si no estoy mal, esta película la proyectaron en "Caribe Plaza"...), y que describiera un poco más al público, aunque HAY QUE DECIR QUE YA EL SOLO TESTIMONIO HACE QUE PENSEMOS EN LA POSIBILIDAD DE QUE ESTEMOS ANTE UNA SOCIEDAD MAS MADURA Y TOLERANTE FRENTE A ESTOS TEMAS,Y YA ESO DE POR SI ES POSITVO, la película siempre le apostó a funcionar en taquilla, de allí la inclusión de Manolo Cardona, que de algún modo fue el portaestandarte para la distribución en América Latina, así que de pronto, lo del teatro lleno no es tan sorprendente, también con su exhibixión en el festival hubo una especie de "voz a voz" que se regó rápido entre los espectadores de la ciudad... quienes la vieron en el festival contribuyeron a eso.

    Si, ojalá estemos ante una transición, la transición a una sociedad más tolerante hacia las diferencias, y la transición hacia una sociedad que ve buen cine (acabo de ver "Retratos en un mar de mentiras" que toca el tema de las víctimas del paramilitarismo, muy buena película: en Caribe Plaza, teatro vacío... entre 8 o 9 espectadores).

    Nos vemos en el próximo artículo.

    Atte,

    WJCT minimizado.

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  7. Faltó indudablemente referirnos al publico: la pelicula fué proyectada en La Plazuela, un centro comercial del sur de la ciudad, rodeado de barrios populares y de clase media. Tal era la composición del publico, gente del común, muchos jovenes, probablemente un publico promedio, mas que de fanaticos permanentes del buen cine. Quizas por tal motivo podamos relacionarlo como un indicador de un ligero cambio en las actitudes frente al tema, que deben ser entendidas como el inicio de un largo proceso de transición que apenas arranca.

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